Se vienen las fiestas de fin de año de la empresa, con ello mucho alcohol, mucha felicidad por el año que se acaba, las cortas vacaciones y la posibilidad de hacer cosas nuevas. Salvador Sánchez da algunos buenos consejos para evitar situaciones peligrosas durante este tipo de reuniones.
- Bebe la mitad de lo que crees que puedes asimilar sin riesgos, o menos. Hay otros momentos para "chupar" a gusto. Este es un evento de trabajo, y el trabajo nunca se ha relacionado bien con el alcohol.
- Si empiezas a ver particularmente guapa(o) a algún(a) compañera(o), deja de beber y trata de cambiarte de mesa. ¡Aléjate! No bailes con ella (o él) y mucho menos la(o) invites a nada después de la fiesta. (Sobra decir que si la persona que te gusta es de tu mismo sexo, la situación puede complicarse algo más).
- En consistencia con lo anterior, no aceptes invitaciones que no sean en grupo (a veces hasta esas son riesgosas) y procura esquivar a personas que veas repentina y particularmente interesadas en tí (sobre todo si la diferencia de edades es muy marcada y/o se trata de alguien de tu mismo sexo y no compartes esa orientación).
- No busques la cercanía con los jefes, porque lucirás como un oportunista. Tampoco la evites. Sólo "ponte a tiro" y espera con elegancia el momento adecuado.
- No le digas sus "netas" a nadie. Si dices cosas buenas, es probable que suenes como oportunista y/o lambiscón -sobre todo si se las dices a un superior- y si dices cosas no buenas, te guardarán rencor todo el año. No es terapia. Mejor cállate, sonríe y diviértete escuchando las metidas de pata de otros.
- No abras tu corazón. No hagas revelaciones ni confesiones. Si dices cosas buenas, es poco probable que te crean, y si te equivocas tardarás en lavar las manchas a tu imagen. Cállate, sonríe y deja que otros hablen de sí.
- De ningún modo aproveches el momento para resolver conflictos "en este ambiente de apertura y fraternidad". Lo mismo se aplica en materia de negociaciones, acuerdos o compromisos. La palabra empeñada entre ponche y ponche suele tener la misma vigencia que los recursos de la Cenicienta: hasta medianoche.
- No propongas nuevas estrategias de negocio, mejoras a los procesos ni ideas brillantes. Si de veras es bueno lo que vas a decir, hay otros momentos para hacerlo. En la fiesta te lo van a robar. Y si es una pendejada, vas a atentar contra tu imagen y a servir de diversión para alguien más.
- Evita a toda costa tratar de ser "el alma de la fiesta". Eso nunca funciona y siempre se regresa como un boomerang. No tienes que contar chistes, ni bailar con una copa en la cabeza, ni ser tú quien haga la rifa. Si la reunión incluye la actuación de un mariachi, resiste a la tentación de cantar rancheras. Si de plano se impone tu vena vernácula, canta en grupo y no más de dos o tres canciones.
- No aproveches la ocasión para mostrar a tus compañeros tu "verdadera" personalidad, o esa faceta desconocida de tu alma. Evita revelar a la mujer sensual que llevas dentro, o al poeta, el bailarín, al político, o lo que sea. A nadie le importa realmente y sólo suele servir para diversión de los demás.
- No salgas en todas las fotos. Una o dos es más que suficiente para que te recuerden en los años por venir (si es que a alguien le importa la fiesta en el futuro, cosa poco probable), y si sales en muchas acabarás pareciendo un(a) argüendero(a) o, peor aún, un(a) payaso(a).
- Si no te gustó el lugar o la organización de la fiesta, o la comida, guárdate de expresarlo durante la fiesta. Si lo haces, parecerás "amargoso", soberbio o desagradecido. Ya habrá otros momentos.
- Si no ganas nada en la rifa, pon buena cara, como si te diera gusto por tus compañeros más afortunados. Si lo que te ganas te parece una porquería, pon buena cara, como si te hubiera gustado mucho (ya habrá modo de dar un roperazo).
Agrego un punto extra escrito por Roger Casas-Alatriste con relación a esa misma lista:
- Y aléjate de todo artefacto de grabación de video o fotografía digital. Y si eres el organizador, recolecta todos estos artefactos en la entrada y de ser posibles, haz que los asistentes firmen acuerdos de confidencialidad. Las fiesta de empresa no son lo mismo desde que existe YouTube.
Gracias a: ALT1040.com
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