Perla: - Ya llegaron, están en mi casa –
Hugo: - Bueno, vamos por ellos.-
Nos fuimos a la casa donde nos estábamos quedando Hugo y yo, ya en la habitación dejaron sus cosas, platicamos un poco, interpretamos algunas canciones y salimos, porque a esa hora fuimos a dejar a los sobrinos de Brenda a su casa, puesto que su hermana se haría cargo de ellos desde esos momentos. (Ya que anteriormente no estaba…Había ido a la disque feria de Delicias, que por cierto fue y ya no había nada…)
Estábamos en ese cuarto acogedor Hugo, Brenda, Perla y su novio, un amigo de ellas y yo. Cantábamos y cantábamos, bebían la poca cerveza que quedaba. (Carta Blanca Light) y se terminó.
Posteriormente abrieron el tequila que llevaba Hugo desde tierras michoacanas.
Alguien que estaba a un lado mío, agarro un bote de cerveza y lo corto a la mitad, a lo cual medio ayude un poco, para que no sufriera un accidente punzo cortante. (¡Huy! ¿Dónde había quedado el glamour?)
A mi definitivamente no me gusta el tequila, es decir: si me tomo unas cervezas que aún me saben amargosas, pero con el calor del estado grande, realmente no saben mucho (y menos siendo light, porque en la parte de Michoacán donde vivo es frío y no se antoja).
Todos tomaron y tomaron y tomaron, Brenda tenía unos cuantos cabellos fuera de su lugar y cada vez que “cantaba” (¡Ah! Si por que ya estaba cantando) y platicaba hacia: “ademanes” con las manos (Tanto que parecía el entrenamiento del Pandita que sabe kung fu: – iyaa, fu, zaa, iaa -).
Hugo satisfacía con canciones al pequeño público que asistía en el recinto.
Perla le decía después a Hugo: - Es que los voy a extrañar mucho, sírveme…-
Yo, obviamente observaba a todo mundo y pensaba en: Hmmta, mañana tengo que regresar a Michoacán, tengo que manejar, tengo que llegar a la maestría, no voy a dormir. Pero la fiesta no paraba y realmente yo estaba muy contento.
Mi tía Brendunia, viendo que yo no canto casi ninguna de las canciones que ellos entonan, me dice:
- Es que yo se me puras nacas.- (Refiriéndose a las canciones)
Yo: - Si, pues…- (En esos momentos pasaron muchas risas internas tantas que no aguante ni yo ni ella y soltamos una breve risa ja, ja, ja, ja…) Tal vez, pensó que le diría, naa…
Ya eran como las 4.30 am y pues demasiado desvele para mí que no estoy acostumbrado a no más de las 3.30 am por las tareas de la maestría. Bueno pero pareciera que estaba en Las Vegas, no sentía como pasaba el tiempo (Repito, solo me preocupaba por lo que acontecería el día siguiente).
A eso de las 4.30. Perla entra al baño, yo tengo la guitarra en mano y me tocaba tocar y cantar una de las canciones “de mi repertorio” (que cura suena esto). Y como la idea era: O cantaba una canción o le tomaba al tequila, pues definitivamente prefería cantar, canciones que para mí son una obra maestro, pero que sabía que ahí no encajaban del todo, como sea ellos pusieron mucha atención a las canciones y parecía que en algún momento de sus vidas ya las habían escuchado, medio cantaban, medio tarareaban y yo le daba esos matices altos y bajos para atraer su atención audio-fila (Tal como el Noel ji, ji, ji).
A esa hora, alguien toco la puerta y dijo: Oigan, es que no podemos dormir… Le podrían bajar a su música, osea no nos molesta que estén festejando, pero lo pueden hacer más allá arriba. (Refiriéndose a que lo hiciéramos en el estacionamiento, ¡haay! esta parte última como que sonó muy rarito).
Pues uno de los amigos de mis amigas, salió y fue el que se aventó el sermón funcional, de que en esos momentos:
- Ya… ya le parábamos a la fiesta y que desde estos momentos se terminaba la guitarra.-
- ¿Cómo ve? ya le paramos a la guitarra...- ¿Eso le gusta?- (le explicaba a la señora), ¿algo más? Mire, es más sabe que, ya… Ya se terminó la fiesta desde estos momentos… (Y esas mismas palabras las repitió como unas 5 o 6 veces, en diferentes tonalidades de: amistoson, serio, responsable, etc. Pero según él, no aparentaba que tuviera algo de alcohol en la sangre.)Y aún que para ser honestos, creo que el actuó de la mejor manera posible.
Posteriormente todos quisieron seguir la fiesta y se salieron, me invitaban, pero yo les dije que no (Seguía pensando en tener que manejar, desvelarme y llegar a la maestría).
Hugo fue muy razonable y dijo: - Ya, déjenlo es que el no está acostumbrado a estas ondas, esto ya es demasiado para el – (Yo me decía Hugo puede seguir la fiesta, así si el no se siente bien mañana yo puedo emprender el viaje y el que descanse, y simplemente con cara inocente, pues dije, si. Ja, ja).
Finalmente se fueron, me acomode en la cama, bla, bla, bla… Y cuando comenzaba a abrazar el sueño con mi no se qué… Cuando: Pum…
Alguien entro al cuarto (me hice el dormido), pensé que solo habían entrado al baño y no…
Era un amigo de ellas y se acostó en una de las camas a la entrada y pues hizo un poco de ruido a lo cual dije:
- ¿Qué…Ya estuvo? –
Él: - Si, ya –
Y ya… Pensé que ahí terminaría la conversación, pero… Noooo.
Era el principio de una larga conversación (como de unos 35 minutos)
Que Juárez, que la fayu…, que cuando quieras ir, que los antros, que las cheves a peso, que esto y el otro…
Y yo: ¡Oh! Ok, Gracias, Ok, gracias... ¿A poco?, Orale…¡Ah, mira que bien! ¡Wow, esta bien eso eh!
Y así hasta que llegó Hugo y el novio de Perla, habían llevado a las chicas a sus casas, pues no duraron mucho en regresar. Al final ya ni sueño tenía, ya como que me había adentrado en la plática.
Y platicamos un poquito, cuando de repente ellos echaban relajo. Pero… ¡Ah Que relajo! Estaba muy curado, más cuando dijeron, que la señora que fue a reclamarles: Estaba SEXY. Ja, ja, ja, ja y que pues igual también pasaba. Muy graciosos, muy amenos, la verdad y espontáneos.
El punto más gracioso (para mí y Hugo) en nuestro gran momento reflexivo de regreso por esa carretera solitaria y melancólica, fue que cuando ellos finalmente decidieron poner un punto final a su ambiente y dijeron:
- El novio de Perla: Ya, pues… Ya mañana nos vemos, ya cállate, que ya te calles y ¡Waala! El silencio reino el lugar.
Por unos segundos….
Porque tras segundos después, se escuchó un enorme tráiler… Y luego como un enorme volteo sacando aire o esa cosa que suena cuando hacen algunos cambios de velocidad.
Pues si… Ronque y ronque…
En un primer momento pensé: Naa, que payasos, se pasan de curados estos chicos ja, ja, ja… Pero nooooo. Efectivamente estaban ya durmiendo y roncando a todo lo que daban.
Yo aún así pude dormir (Cuando me propongo algo pues me vale m….. todo ja, ja.).
Pero… Hugo, dice que hasta se tuvo que poner la almohada en la cabeza y que hasta tenía ganas de irle a decir: Oye compa… Estas roncando demasiado, acomódate o algo.
Entre sueño y realidad, despertaba y seguía escuchando esos sonidos, hasta que un de repente en la mañana ya no escuche nada, medio me desperté, y me volví acostar, pensé por lógica que ya no estaban, pero no. Simplemente como que ya estaban acomodados de manera correcta y nada les impedía la respiración.
Hugo me ha dicho:
- Es que no manches parecía que hasta como que chiflaban… al final de cada ronquido. Shhiiu. -
Ja, ja, ja….
Que va…, son muy buena onda, muy relax, muy de ambiente y si, nos cayeron bien, muy bien.
Saludos…
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