miércoles, 8 de septiembre de 2010

H... calma, no pasa nada, calma...(Hoy tembló)

Lo que a continuación es narrado sucedió en quizás menos de un minuto.

Acababa de entrar a la dirección escolar, justo cuando me había sentado y recargado mis brazos sobre la mesa, abrí el ordenador para revisar si ya se habían subido los vídeos que había dejado pendientes y la maestra que usualmente esta como auxiliar del director sentado en  una silla platicándome (cosas que no me desagradan y que a veces son muy interesantes pero… pero en ocasiones solo me toca decir: ¿Oh si?, ¿De verdad? ¿Enserio?, ¡wow! ¿Sí? Si, Aha, no... etc.) y en esos momentos sentí que la mesa y mi silla se movió algo brusco… automáticamente vire a ver a la maestra e hice una cara rara, Cómo diciendo: ¡hey, que p2!,(¡JAJA!) pero en eso: la veo, me ve y vuelvo a sentir el mismo movimiento brusco y automáticamente digo: 

- ¡Esta temblando! -
La maestra me dice: - Si… -

Yo de manera ágil recordé las enseñanzas de los sabios monjes tibetanos, de mis maestros Miyagi, y no se diga: Bruce Lee. (yo estaba a unos 3-4 metros) Cuando en dos pasos ya me encontraba en la entrada de la dirección,listo para correr al patio, cuando la maestra que me acompañaba muy calmada mente se quedó sorprendida y me dice: Héctor… No pasa nada, tranquilo.

Yo: (suspiro) veo al frente, el cielo, a ella… giró y volteó a ella, me calmo y digo:
-          - AAAh, eeh,  hmm, este… aah, si verdad, je,je…-

 (La verdad es que en esos momentos me dije: WTF? Ja,ja, ¿Qué onda conmigo?, ¿Por qué ese salto?, no debo mostrar esas habilidades en público, impresiono a la gente y luego comenzarán a murmurar o querer saber los sagrados secretos que no revelaré, ni aun estando seis pies bajo tierra., creo que exageré un poco con mis hábiles movimientos).

Hoy me he preguntado: ¿Por qué? ¿Por qué realmente ese movimiento?

Y en la tarde tras minutos de indagación, llegue a la conclusión de que la maestra reacciono de una manera muy tranquila, porque seguramente ella no vivió en carne propia el terremoto que azotó y destruyo la ciudad de México en 1985.

Recuerdo con claridad que me estaba levantando y que el temblor me sacudió la cama, aventándome al suelo, mi madre gritó, corrimos al patio, mi madre que estaba lavando corrió para ver por sus hijos (nosotros), no recuerdo con exactitud si s estaban ahí mis dos hermanos, pero  mi hermana se había ido a la escuela, mi padre al trabajo. La tina del agua se sacudía, de una manera impresionante de lado a lado, volando agua por todas partes, los árboles se mecían, la casa tronaba, la gente gritaba en las calles, etc.

A mí me tiro al suelo varias veces, hasta que mi hermano me sujeto en sus manos, pegado a su pierna (realmente no recuerdo cuál de los dos fue).

Se fue la luz, y duramos varias horas sin energía eléctrica y semanas sin agua potable, de hecho por varias semanas nos formábamos en largas filas en donde ciertas personas encargadas de las tuberías subterráneas (supongo) destapaban algunas coladeras especiales en donde pasaban viaductos de agua potable que no estaban dañados e íbamos junto a mi padre con varias cubetas para recabar nuestra porción del líquido, para solucionar el problema del agua que teníamos en casa. 

Pero… Lo más desesperante fue el día de lo sucedido… fue: “Esperar”, sin poder hacer nada… (No teníamos teléfono en ese entonces en casa, no existían los celulares con mensajes de texto, etc)  la gran espera por saber si mi padre y mi hermana se encontraban bien.

La intranquilidad gobernó a casa tras horas de espera, sin embargo cuando ellos fueron llegando a casa (en horarios desiguales), nuestros corazones y mentes se llenaron de una felicidad bíblica. Recuerdo que mi hermana platicaba que a ella le tocó el sismo dentro de  un microbús y veía como se desplomaban los edificios.

Meses más tarde cuando acompañaba a mi padre algunos lugares cerca del centro de la ciudad, podía ver los escombros, o las estructuras que aún colgaban de lo que antes eran edificios enormes.

Es por eso, que quizás… es que reaccioné de dicha manera. Y es que ver las imágenes de los terremotos sumamente destructivos que han sucedido recientemente en diversas partes del mundo, me estremecieron demasiado y creo que ello vive en mi subconsciente (Aunque., afirmo… nunca me había sobresaltado tanto con un movimiento telúrico).

Nota: Yo a esa edad tenía 3 años (1985)

1 comentario:

Nilda dijo...

Hector, acabo de leer tu nota sobre el terremoto de l985...y creo que lo que te sucedió en el mini temblor de los otros días, fué exactamente la MEMORIA, que nunca se te borrará de tu experiencia a los 3 añitos.

El primer relato lo contaste con mucha gracia, mas el segundo me angustió, porque las noticias de aquello fueron terribles.
Y ahí es donde Don Plácido Domingo, perdió a familiares y donde él mismo estuvo ayudando en busca de víctimas.

La Tierra está enojada, ya has visto lo que sucedió en Chile...en el blog tenemos a una villazonista chilena Olga, que nos relató lo sucedido.

Mientras tanto, la insensatez humana, sigue haciendo de las suyas...total, las desgracias le suceden a otros.....grrrrrr.....

Algunas cosas son propias de la naturaleza, pero la mayoría del desequilibrio lo provoca el hombre.

Aquí en Argentina, estamos asistiendo a la aprobación de leyes que permiten la explotación de minas a cielo abierto, donde hoy se ve un cerro o montaña, al día siguiente ya no se ve mas...en el sur, capitales extranjeros compran tierras en la Patagonia y cierran caminos y cercan lagos prohibiendo el transitar, por donde nuestra Constitución declara que caminos y ríos son libres de transitar.

La papelera de Uruguay, contamina nuestro río Uruguay,cuando te acercas a la costa , ves miles de peces muertos... pero nosotros mismos, hipócritas, primero hicimos lo mismo en otros lugares del país...

Me parece que me enojé...perdona.

Un gran abrazo, te recuerdo con cariño, Nilda de Bs.As.