The Kung Fu Kids / Hou sin zi. Taiwan/Hong Kong, 1986
Director: Chang Mei Jun, Chu Yen Ping.
Productor: Hsu Feng.
Reparto: Chen Shun Yun, Yen Chin Kwok, Cho Ha Foo, Chen Wei Lau, Tam Ai Chen.
Duración: 84 minutos.
L a primera entrega de la serie Kung Fu Kids.
Productor: Hsu Feng.
Reparto: Chen Shun Yun, Yen Chin Kwok, Cho Ha Foo, Chen Wei Lau, Tam Ai Chen.
Duración: 84 minutos.
L a primera entrega de la serie Kung Fu Kids.
Se trata de una de las películas que más veces vi de pequeño y que siempre he deseado rescatar.
Ahora la tengo la encontré buscándola en la red, y es que pareciera que año con año la buscaba y no encontraba nada, finalmente ya esta disponible, por lo menos en una copia de lo que fue el VHS, porque el DVD aún no ha salido.
Dejen que les cuente que es una película vieja, pero vaya que los niños saben artes marciales y los efectos o no se como le hayan hecho para arreglar semejantes actuaciones, por que son sumamente buenas. De verdad, creanmelo, tanto que hasta el día de hoy no he visto otra película de niños karatecas tan buena como esa (La versión Américana que salio de 3 ninjas es buena y divertida la primera parte, pero es opacada feamente por esta).
Cuando la iba a ir a ver al cine Nezahualcoyotl, nadie quería acompañarme, yo tendría unos 7 años. De hecho llegó visita ese día y... con menos razón podría ir.
Sin en cambio me llevaron y me dejaron en el cine, cuando terminase la película irían por mi, mi madre no quería que me dejarán solo, pero hice berrinche y caras y había añorado ver la película desde que vi el corto de propaganda en la televisión.
Así que vi el filme y quede totalmente impactado, a la salida vendían diademas de karatecas. ¡WOOW! Yo quiero (me dije) busque entrañablemente la de Karate Kid, tanto la había buscado esa diadema que hasta le había dicho a mi padre que la mandará hacer para mi. Cosa que no me negó, pero, que jamas sucedió. De hecho recuerdo que con ese filme de Karate Kid, jamás la pude ver hasta años más tarde, solo me quedaba viendo las fotografías en el periódico de mi padre, fotografías a blanco y negro, de los cuales recortaba las fotos y las guardaba, viendo por horas la preciada diadema que portaba el chico en la cabeza, además claro de imaginar de que se trataría dicha película.
De hecho tanta era mi fascinación por esas diademas que también quería la que usaba el niño japones que salia en esa novela de : Carrusel. Me encantaba esa diadema, el sol y las letras a los costados me volvían loco.
Bueno, volviendo a mi narración.... A la salida del cine, busque desesperadamente la diadema del Karate Kid, pero no estaba.... (Eso creo que ya lo había escrito ja,ja) aún en mi bolsa traía unas cuantas monedas más, pues había juntado mis pequeños ahorros para ir al cinema, me compre 1 o 2, yo encantado con ellas me quede parado viéndolas si eran las que realmente quería o si las debería cambiar por otras., posteriormente llegó mi hermano mayor por mi y listo, a casa.
Años más tarde compré la película "pirata" ja, ja, ja. ¿Dónde conseguirla original? que alguien me diga... Porque jamás pude hacerlo, de hecho llegue a ir a varios videocentros y lugares donde las rentaban y no me la querían vender. No me dieron oportunidad uno quería hacer las cosas bien (jajaja).
Hoy en día la pueden descargar de aquí
Es la copia de un VHS y esta en español de españa, pero aún así no pierde la frescura del humor y las escenas que de niño me volaron la cabeza.
Nada más empezar, durante unos títulos de crédito en los que vemos a los pequeños luchadores haciendo diversas exhibiciones, entrenando e incluso grabando una canción en un estudio de música (mientras no sueltan los nunchakus), ya nos queda muy claro el estilo que va a tener la cinta: peleas moderadamente espectaculares en las que los niños son capaces de derrotar a decenas de tipos bastante mayores que ellos y mucho más peligrosos (en apariencia), salpicadas por un humor blanco que se apoya no pocas veces en la escatología más infantil del caca-culo-pedo-pis para que nos parezca menos violento el hecho de ver a unos niños repartiendo justicia a base de patadas y recibiendo golpes al mismo tiempo, casi sin contemplaciones. Si uno no es capaz de aceptar estas reglas desde el principio, mejor que no siga viendo la peli.
Conozcamos a los personajes:
Ah-kuo (Yen Chin-kwok)
El mayor de los tres hermanos. Se nos presenta al principio de la película buscando comida con la que huir de su hogar en las montañas sin morir de hambre en el intento. Pero el listo de su abuelo le encuentra y le pega unos cates, quitándole las ganas de fugarse. Ah-kuo (y escribo los nombres según creo que se escriben, porque no he localizado ningún sitio donde pueda comprobarlo) es el más impulsivo del trío de hermanos y, al ser el mayor, siente la necesidad de estar siempre un paso por encima de ellos, alardeando de ser el más maduro cuando en realidad no es más que un pequeño bocazas que se suele meter en líos por hacerse el listo. Mi favorito cuando era pequeño, quizá porque de mis hermanos y primos yo también era el mayor.
Shiao (Cho Ha Foo)
Siempre en un segundo plano respecto a la verborrea de su hermano mayor y a los chistes del menor, Shiao (o Chiao, no estoy muy seguro) se mantiene en silencio y sin llamar mucho la atención hasta que llega el momento de pelear. Entonces se muestra el más hábil del trío, el que tiene el estilo de lucha más acrobático y temerario, casi sin nada que envidiar a las labores de los especialistas mayores que él. Según se desarrolló luego la saga, con cada parte quedaba más claro que Cho era el más dotado de los tres para las artes marciales. De hecho, he leído que cuando creció se hizo director de escenas de acción.
Gordi (Chen Shun Yun)
El "gracioso" del trío (ya el nombre que le tienen puesto lo dice todo...), basando sus chistes en lo que se supone que tiene que hacer un niño gordito: tirarse pedos cada dos por tres y apestar a los que le rodean. Evidentemente doblado en muchos planos, es el más torpe de los tres a la hora de pelear, pero un buen barrigazo, cabezazo o mordisco a tiempo pueden venir muy bien en el transcurso de un combate. La primera vez que lo vemos está rodando colina abajo con verduras en los brazos, lo cual nos lleva a dos de las cosas que más me han llamado la atención al volver a ver la cinta: la obsesión por la comida y restaurantes que recorre durante todo el filme.
El Abuelo (Chen Wei Lau)
Todo un cabronazo, y perdonen la expresión. Su mujer le abandonó para irse a vivir a la ciudad y le dejó tirado con sus tres nietos (más tarde descubrimos que también tienen una hermana), a los que explota sin miramientos a cambio de enseñarles kung fu. Les hace cocinar, limpiar, entrenar duramente y aprender la doctrina de Confucio (y no el creador de la comfunsion o no se que madres decía la miss universo ja, ja), al mismo tiempo que les introduce pensamientos machistas (todas las mujeres son diablos, según él) y homófobos. Una joya de hombre, vaya. En el fondo tiene buen corazón, pero su mal genio hace que los niños escapen a la ciudad en busca de su abuela cuando se dejan escapar a Sayun, un pájaro al que el viejo tiene más cariño (aparentemente) que a sus nietos, temerosos de que el gañán les mate.
Y así, los niños dejan tirado a su abuelo y se van corriendo a Taipei, iniciando una serie de aventuras. Por ejemplo, piensan que la gente está dominada por un demonio de tres ojos de colores a cuyas órdenes todos obedecen sin rechistar (se ve que su abuelo no les explicó lo que era un semáforo). O que los ascensores son puertas hacia un lugar extraño donde te cambian de sexo (al ver cómo Gordi "cae" dentro de uno de ellos y, al abrirse las puertas de nuevo, aparece una niña). O que en los servicios de un centro comercial esconden a prisioneros que deben ser rescatados. Pero, sobre todo, los niños se mueven por el hambre, y así acuden a un McDonalds en el que no pueden comer porque el dinero que llevan encima está fuera de la circulación. Acostumbrados a tener que pelear para comer (y además de manera literal, porque el abuelo aprovechaba la sesión de sobremesa para que se ganaran el arroz después de demostrarles que eran dignos de recibirlo) no se les ocurre otra cosa que entrar en un local que creen ilegal, ponerse de comida hasta las cejas, y meterse en una pelea cuando les obligan a pagar. Angelitos...
Y así, durante el transcurso de esa pelea, en la que Gordi utiliza un chorizo como nunchaku para comérselo después, un tipo con pintas raras e intenciones sospechosas se decide a pagar el destrozo que han provocado los chicos. En realidad, lo que quiere hacer es utilizarles como tapadera para una pequeña operación de narcotráfico (ambientada, de nuevo, en otro restaurante), puesto que nadie sospecharía que unos pequeños formasen parte de un plan así (ellos al principio ni se enteran, pero luego se ven envueltos en otra pelea aún de mayores dimensiones al no cumplir correctamente con su encargo).
Las cosas se ponen feas, muy feas. Tanto que parece que, por primera vez en la peli, los niños van a pasar verdaderos apuros. Pero como estamos en una cinta destinada a toda la familia, justo cuando pensamos que los niños van a acabar en la calle muertos de hambre (¿alguien lo pensó... de verdad?) o siendo esclavizados y prostituidos por una banda de traficantes, aparecen Sayun (el pájaro) y la abuela y todo se arregla como por arte de magia (por golpe de guionista, vaya...saaaaabio guionista ja,ja).
¿Y ya está? ¿Se acaba aquí entonces la función? No, amig@s, todavía queda lo mejor. A los niños la abuela les viste bien, les compra regalos, no tienen que entrenar ni que estudiar, les aparece una hermana con la que pueden jugar y, aparentemente, se han acabado los peligros. Pero como en toda buena película de artes marciales, aún nos queda la traca final: esa sucesión de peleas climáticas que nos hacen sudar adrenalina y que hacían que pasáramos la cinta una y otra vez hasta aprenderse uno los diálogos.
Faltaría ¿El motivo de la revancha final?: El secuestro de esa hermana sorpresa por parte de los mafiosos a los que se la jugaron la mala jugada minutos antes.
Ambientada en un dojo tradicional japonés (aunque estemos en Taipei), los Kung Fu Kids se enfrentan primero a un grupo de karatekas que les duran lo mismo que una gota de aceite en el sartén; luego a un tipo de color con katana al que tienen que tirar de nunchaku; seguidos de unos luchadores de kendo; y, finalmente, una veintena de gimnastas dopados hasta las cejas. Total, unos quince minutos de pura energía en los que, durante unos segundos, casi eres capaz de entender que tres niños muy bien entrenados son capaces de vencer a adultos armados (de verdad).
Kung Fu Kids no engaña a nadie: lo que les he expuesto aquí es lo que hay. Es muy entretenida, tiene chistes con los que más o menos te puedes reír, los niños son carismáticos y las peleas bastante vistosas. Y, lo más importante: uno no tiene la sensación de haber perdido el tiempo empleando menos de 90 minutos en rescatar esta cinta. Las hay mejores, pero cuando hayáis repasado las filmografías de los grandes del kung fu, les resultará agradable comprobar el concepto que de cine infantil tenían en Hong Kong, mientras aquí sufríamos a Parchís, Pablo Ruiz, y similares...
Ambientada en un dojo tradicional japonés (aunque estemos en Taipei), los Kung Fu Kids se enfrentan primero a un grupo de karatekas que les duran lo mismo que una gota de aceite en el sartén; luego a un tipo de color con katana al que tienen que tirar de nunchaku; seguidos de unos luchadores de kendo; y, finalmente, una veintena de gimnastas dopados hasta las cejas. Total, unos quince minutos de pura energía en los que, durante unos segundos, casi eres capaz de entender que tres niños muy bien entrenados son capaces de vencer a adultos armados (de verdad).
Kung Fu Kids no engaña a nadie: lo que les he expuesto aquí es lo que hay. Es muy entretenida, tiene chistes con los que más o menos te puedes reír, los niños son carismáticos y las peleas bastante vistosas. Y, lo más importante: uno no tiene la sensación de haber perdido el tiempo empleando menos de 90 minutos en rescatar esta cinta. Las hay mejores, pero cuando hayáis repasado las filmografías de los grandes del kung fu, les resultará agradable comprobar el concepto que de cine infantil tenían en Hong Kong, mientras aquí sufríamos a Parchís, Pablo Ruiz, y similares...
Lo mejor: La suerte de poder verla de nuevo. Y lo agradable que resulta el reencuentro, además realmente se divertirán.
Lo peor: Que no esté editada "oficialmente" en DVD.
Nota: 6/10
Posteriormente le siguieron como otras 6 versiones más(jajaja), con los mismos niños , otras sin ellos, etc, yo nunca las he visto, me quede con las ganas, pero... no se si sean tan buenas como la que me cautivo a mi (La original o matriz de todo: Kung Fu Kids)
Si están interesados en leer sobre ellas ir aquí.
Gracias a: pedrojostena
No hay comentarios.:
Publicar un comentario