miércoles, 21 de julio de 2010

Una mala noche en Londres, Parte II

Recuerdan la primera mala noche en Londres (Aquí). Pues hoy soltare lo que fue la continuación de esa noche.

Después de todo lo anteriormente contado... La muchacha que nos coqueteó al principio nos dijo que tomáramos más cerveza que al final ya era gratis.
Y nos llevó una jarra de cerveza repleta de una cerveza tipo clara. Yo la verdad ya desconfiaba de todo, de la cerveza que fuese a estar adulterada o rebajada o lo que sea, simplemente "creo" que quería salir de ahí.
Aun así nuestra estupidez nobleza nos hizo beber la cerveza…
En esos momentos vimos como un grupo de chicos ingleses aventaron los vasos al suelo, se quebraron y se fueron del lugar mentando madres…  Esto al saber el precio que tenían que pagar por las bebidas. Las muchachas comenzaron a trapear y nadie dijo nada. Claaaro no había nada de seguridad , comenzaba aclararse todo en mi mente... Cuándo la señora agarro el telefono... Y llamo por seguridad, nadie llego, quizás nadie le contesto ja,ja.. de hecho lo que hacían ahí era hasta cierto punto ilegal, porque se aprovechaban de los turistas a mas no poder.
Subsecuentemente la chica se nos acerca de nuevo y dice,
-          ¿Gustan más cerveza? –
-          Nosotros: No, gracias.-
-          Ella: Tome, al fin es gratis, mínimo rescaten algo de lo que pagaron.
Nosotros: No gracias, es suficiente, gracias, ya nos vamos.


Y efectivamente nos despedimos y salimos del lugar, al salir… Estaba la misma señora enganchando a las personas para que entraran, así que nos vio con cara de: 

Pobres pen***s. 

Me acerque a ella, tanto que yo creo le dio miedo pues sentiría que le iba a pegar o sabe, porque agacho la cabeza y no podía sostenerme la mirada, hasta que le dije. 

No es bueno esto…Nos hubiera dicho, nos engañó, usted lo pagará después. Pero… yo entiendo usted hace su trabajo, el anzuelo, la carnada y nosotros somos unos estúpidos, por creer que aún hay gente buena y honesta.


Y nos retiramos….
Al salir por las calles oscuras y en momentos con mucha gente, sentí temor, Londres no era la ciudad que yo soñé, imaginé e implore. Estaba llena de violencia, aprovechamiento y…
Bueno seguimos caminando por las calles con Edgar y… nos cuidábamos las espaldas mutuamente volteando a todos lados mientras caminábamos.
Yo desde hacía varios minutos deseaba orinar., pero definitivamente en el lugar que había entrado no me apetecía por nada entrar al baño.
Al seguir caminando y buscando un espacio para yo desahogarme físicamente, todos los lugares a los que podía ir al baño estaban cerrados.
Caminamos varias cuadras (extensas) y yo de plano sentía que ya una gota cohibida estaba a punto de asomarse…
Estábamos  cerca del famosisimo Hyde Park y Green Park que esta junto al honorable y legendario Palacio de Bukingham, el cual pensaba yo que estaría rodeado de seguridad. Pero... yo… Yo ya no aguantaba.
Pensé y recordé tres cosas:
1.- Al mexicano que se hizo pipi en una antorcha que estaba prendida en Paris y que tenía años que no la apagaban, cuando en la copa del mundo Francia 1998 un mexicano se le ocurrió orinar en tal lugar. (Toín)
2.- Seguramente al orinar en uno de estos lugares sagrados de Inglaterra, lo más seguro es que durmiera una noche en la cárcel, fuera deportado o castigado con mi pasaporte.
3.- Pensaba en Edgar… ¿Qué culpa tenía el de mis… necesidades?
4.- (quizás no sería tan malo pasar la noche en una cárcel londinense.. no.. mejor no.. no la pensé, jamas.. lo escribí ja,ja...jamás lo leyeron ja,ja...)
Cuando le conté que necesitaba orinar, él me dijo exactamente lo mismo. ¡Ja,ja,ja! Tenía la misma necesidad que yo, pero creo no tan exageradamente urgente.
Pero…
Nuestra necesidad era sumamente inaplazable yo necesitaba desahogar de mi ser todo esa materia liquida que me agobiaba y comenzaba a dejarme paralizado al grado de no poder moverme, hablar o realizar algún tipo de movimiento.
Fue cuando…
Utilice todo lo que quedaba de mi kit y hábilmente… nos refugiamos cada uno en puntos estratégicos detrás de ciertos arboles donde pudiéramos interceptar algún movimiento extraño a cierto perímetro, para de este modo tener otro parámetro de visión... y así nosotros pudiéramos desembocar toda nuestra urea a causa del frío, nervio y sobre todo de las cervezas que habíamos tomado.
Trate de ejercer presión para terminar lo más pronto posible…
Pero…
No terminaba... Cuando voltee al suelo ya tenía cerca de mis pies casi todo el lago de Pátzcuaro.
OMG.
De verdad…
Así que desplegué un poco más de presión y… Finalmente pude terminar dando los toques maestros y religiosos que cada varón hace después de orinar (sino lo sabe, pregunte a su marido o conyugue).
Enseguida,  Edgar y yo caminamos desde nuestros puestos para llegar a formar perfectamente el eje de simetría en forma de triángulo y nos encontramos de nuevo en el camino del dichoso parque.
Y esa fue la historia que me agobio durante esa noche, de hecho señores me temo que los tengo que dejar, porque de recordar tan agobiante problemática… Me veo en la sosegada necesidad de manifestarle a usted que debo ir a hacer aguas menores.

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