domingo, 21 de noviembre de 2010

Debbie

Debbie te llamábamos todos, cuando en realidad supongo que tu nombre era Deborah.

Según entendía Debbie no podía tener hijos, así que se la pasaba ayudando a un par (éramos como seis o siete) de niños mexicanos en cuanto más podía, les compraba ropa, juguetes, dulces, realizaba entrenamientos de baseball, partidos, torneos, etc.

Yo me incluía dentro de esos niños, definitivamente no era su favorito, puesto que fui introducido al grupo de manera gradual por mis otros amigos, pero cuando ella me cuidaba lo hacía de manera muy linda. Cierta ocasión me llevo a la premier de Home Alone y supe lo que era y se sentía estar en una Premier.

De hecho de su salario (era arquitecta) guardaba unos cuantos dólares para cada uno de los niños que cariñosamente atendía.

Yo por ser de los que recientemente había conocido, llevaba en mis ahorros una muy mínima parte. La última vez que la vi, me dijo que me compraría unos patines y me llevaría una laguna muy especial, por donde pasábamos y veíamos que la gente rentaba motocicletas acuaticas, lanchas, etc. Todo esto si yo me portaba bien y le lograba decir los meses en inglés, en español y claro está en orden. 

A mi hermano el mayor siempre le creo gran desconfianza y claro está en realidad yo estaba a cargo de él y si algo me pasaba, la culpa caería sobre él, no le gustaba dejarme salir con desconocidos(as) y eso significaba para mi realizar hasta el último esfuerzo para convencerlo (aunque en realidad no se lo pedía mucho, de hecho ni hablaba).

Cuando deje de vivir en los Estados Unidos, cierta ocasión llamo a la casa (en México) y yo me sentía demasiado contento al respecto.

Ciertas ocasiones me comento mi hermana que la vio en algunos centros comerciales, pero no quiso meterse en su vida y preguntar dónde vivía o algo similar.
Ella se alejó de su amigo o pareja (nunca supe que sería exactamente), ya que al parecer este se adentró en el mundo de las drogas.
 
Debbie, como olvidar la navidad que pasamos juntos, juntos con mi hermana.  Realmente fue muy significativa, esa ha sido una de las navidades que jamás podré olvidar, era un niño y tu hiciste realidad mis ilusiones en ese entonces, recibiendo cariño, sonrisas, dulces, destapar regalos entre el ambiente navideño que adornaba tu acogedora casa.

Hoy aún te recuerdo como no lo puedes imaginar, quisiera encontrarte y agradecerte esos momentos en que me apoyabas y te hacías cargo de alegrar mi vida.

Hace un par de años cuando tuve la oportunidad de regresar a lo que era tu antigua casa y lo único que pude hacer fue tomar unas cuantas fotografías y recordar aquellos momentos.

Hoy no sé si algún día tenga la oportunidad de agradecerte, de verte, de platicar, sonreír y recordar juntos lo que hacías por nosotros hace 19 años.

Me gustaría decirte que aún tengo guardados varios de tus regalos que me hiciste en aquella época y que jamás pienso deshacerme de ellos, me gustaría cantarte una canción, hacerte una pintura, algo que yo pueda hacer con todo el cariño que siento aquí guardado.

Hoy siento la nostalgia de aquellos días y si logro de nuevo estar en tus tierras, haré algo por encontrarte o saber de ti, ya que creo que esta historia no debe de terminar así.

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