sábado, 6 de agosto de 2011

Si te pido que me ames… ¿Lo harás? (Confianza...)

Amar es darle el poder a una persona de destruirte y la confianza de no hacerlo. Después de tanto entregar en plena batalla a fuego cruzado sin saber cómo van los sentimientos.

¿Cómo va el otro? ¿Cómo llega la decepción? ¿Cómo la puñalada por la espalda?

Saberse en el filo de la muerte, como estar en medio del abismo, como creer que vas a morir y sin embargo no hacerlo.

Es esa confianza en la que no crees tener, la que crees perder desde la primera vez que en plena inocencia entregas el corazón y un pedazo de alma, creyendo que esto va hacer para siempre, creyendo que el amor dura toda la vida. Hmm No es así. No dura para toda la vida y la vida puede ser mucho, puede ser un total estado de momentos que nacen y mueren. Es así, simplemente es la vida y el dolor que causa vivirla.

Después de haber entregado la vida por vez primera.

¿Cómo tener confianza para hacerlo de nuevo?

Toma mis restos, toma mis momentos, toma lo que soy y destrúyelo, así fue, así es, así será…

Si te pido que me ames ¿Lo harás…?

Hay… eso de desnudar el cuerpo no es fácil, porque basta sacar el brasier, aventar el calzón y aun así… es complicadísimo, tal vez sea por el resorte que nos regresa al pasado en el que eso estaba mal ¿no? Ese en el que dar un beso en la primera cita era prohibido, aunque todos lo hayamos hecho.

Eso de desnudarnos nos mantiene con la sangre caliente, el ánimo prendido, los ojos abiertos, los oídos prestos para los gemidos de una habitación que no se contiene a los desnudos, a los cuerpos que escurren un par de gotas, al principio de nervios, al segundo de deseo, al tercero serán esas dos gotas unas de calor y unas de alcohol, que están saliendo por la espalda y recorren la columna de lo certero. 

Eso de desnudarnos no es tan malo ¿no?

Hagámoslo…

Muéstrame lo que tienes y explora mi cuerpo, tienta lo que creas y déjame entrar más allá de la falda, quitar tu pantalón, ¡Ah! Eso de desnudar es fácil, pero…

Y si te pido que desnudes tus verdades
¿Lo harías…?

Palabras de: Fernanda Tapia.

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