Iba
en un coche negro con desconocidos (de esos vehículos sumamente lujosos) yo
llevaba una mochila y creo unos instrumentos (mochila que no me había quitado y
me había sentado dentro del coche con ella puesta)
En el camino el coche comenzó a ir más lento... ¿razón?
Sencilla pero triste:
En el camino el coche comenzó a ir más lento... ¿razón?
Sencilla pero triste:
El
coche avanzaba lentamente porque se quemaban los cerros no en plenitud, pero si
en gran parte y... Nadie hacia nada.
Llego
el momento en el que detuvieron el auto junto a unos incendios justo al lado del coche, incendio que
comenzaban agarrar la fuerza para destruir sin piedad la encantadora pinera que
relucía el paisaje.
Yo
al ver que nadie se bajaba para detener el fuego, me baje del auto y les hice ver a los que iban
conmigo que yo me quedaría apagar incendios... les pedí ayuda para apagar el
que estaba ahí, pero no lo hicieron, mencionaron que seguirían su camino.
Saque
el extinguidor del coche y comencé a rociarlo sobre las partes que comenzaban a
tomar fuerza y estaban libres del fuego aún.
Así fue... Apague dos... Pero había muchos a la distancia, así que... caminé por la carretera hasta llegar al pueblo más cercano.
Así fue... Apague dos... Pero había muchos a la distancia, así que... caminé por la carretera hasta llegar al pueblo más cercano.
En
una casa rustica pero agradable en un cuarto estaba estudiando Ángela, así que
cuando la vi, sentí un alivio, ya que ella tendría que ayudarme su vínculo con
la biósfera me hacía pensar que había encontrado a la persona indicada.
Primero
la saludé, después de tiempo de no haber platicado con ella, pero más que eso
me apresuré a explicarle la situación.
Accedió
a ayudarme y salimos por una ventana para no salir por la puerta principal ya
que la hacienda era enorme. Al salir nos encontramos con algunas personas y les
explicamos la situación de servicio al bosque.
Caminamos
por la misma vía de asfalto negro que yo había caminado minutos antes, ambos
con mochilas en hombro y pantalones con
bolsas a la altura de las piernas y rodillas, fuimos a los cerros y buscábamos la
manera de apagar algunos incendios.
Al
final llegaron las personas indicadas para pagarlos, y veíamos a la distancia
como lo hacían, terminamos viendo el panorámico paisaje que nos rodeaba, yo sintiéndome
feliz de que la pinera de nuestro alrededor se mantenía en pie y a figuraba que
el bosque sabiamente nos lo agradecía.
Sueño
19 para amanecer 20 de marzo del 2011
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