sábado, 6 de diciembre de 2008

Dale pi&%/& de la Hoya.

Como todas las veces en que un púgil más pequeño reta a otro más grande, el pleito del próximo sábado entre Manny Pacquiao y Oscar de la Hoya está lleno de interrogantes, aunque a la luz de los acontecimientos parece que los pro y los contra están bastante equilibrados.

Pese a que la pelea no implica ningún título mundial, acapara la atención por enfrentar a las dos estrellas más rutilantes del pugilismo actual, por sus respetivos carismas, legados y resultados.

Cuando el tope fue anunciado hace cuatro meses, algunos pensaron que Pacquiao nunca debió haber aceptado, pese a los millones que se embolsará, debido a diferencias tan marcadas como estatura, peso y pegada, todo a favor del 'Golden Boy'.

De La Hoya mide 1,78 m, 10 centímetros más que su oponente filipino, por lo que tendrá mayor alcance con un jab que podría marcar la diferencia.

"Oscar sólo tiene que mantener a Pacquiao lo más lejos posible, usando el jab. Si logra esto, puede conseguir una buena oportunidad para colocar un golpe que defina el pleito", dijo Gerardo Fernández, veterano cronista puertorriqueño de boxeo.

Empero, en el boxeo abundan los ejemplos de que no siempre la estatura es un factor definidor. De ello pueden hablar con propiedad el boricua John Ruiz, dominado plenamente por el estadounidense Roy Jones, o el legendario Marvin Hagler, que pasó un susto en 1983 ante el panameño Roberto Durán.

"Pacquiao siempre va de frente, y si logra hacer su pelea adentro, Oscar va a tener una noche muy larga", expresó el ex campeón mundial mexicano Humberto 'La Chiquita' González.

Con respecto al peso, aunque Pacquiao debió subir 12 libras (5,4 kg), tal vez eso no le afecte tanto como los casi 6 kg que de la Hoya debió rebajar para este pleito, pactado en el límite de los pesos welter (147 libras).

El 'Golden Boy' ha peleado entre los superwelter y los medianos en los últimos siete años, y su último combate lo hizo en 150 libras, contra el estadounidense Steve Forbes, en mayo de este año.

De la Hoya tendrá que apostar al nocaut en los primeros siete asaltos, pues de lo contrario el rebajón de peso podría mermar su resistencia. De contraparte, un Pacquiao más pesado es un Pacquiao más lento, lo cual beneficiará los planes de Oscar de mantenerlo a distancia con el jab.

"Es una pela que se definirá por velocidad, potencia y resistencia", definió el mexicano Juan Manuel Márquez

Lo cierto es que en sus últimos seis combates de la Hoya tiene record de 3-3, y se le ha visto agotado en el cierre de cada pleito, recibiendo muchos golpes en esos rounds finales.

Según su entrenador actual, el mexicano Ignació 'Nacho' Beristaín, la causa de esos pobres cierres se debió a un error en la preparación física de de la Hoya, la cual potenciaba más la fuerza que la resistencia.

"Es obvio que Oscar no puede ser el mismo peleador a los 35 años que los 20 pero su preparación se mantuvo casi invariable. Ahora corregimos ese error, poniéndo más énfasis en lo físico, y está en óptimas condiciones para irse a la distancia si fuera necesario", apuntó Beristáin a la AFP.

El entrenador destacó que antes de venir a Las Vegas hicieron un ensayo a 12 rounds y "Oscar se vio muy bien, fresco y rápido".

Pero Freddy Roach, preparador de Pacquiao, tiene una opinión divergente, y asegura conocer exactamente los lados flacos de de la Hoya, por haberlo entrenado en su pelea contra Floy Mayweather.

"Aprendí mucho entrenándole (a de La Hoya) en ese período y ahora lo estoy utilizando contra él", manifestó Roach. "Sé de su fuerza y sus debilidades. "Oscar es un inteligente y habilidoso boxeador, pero ha mermado sus condiciones. No veo como pueda frenar la velocidad de Manny".

El sábado en Las Vegas se definirán varias cosas, no sólo el mejor púgil libra por libra del momento, sino también el futuro de Oscar de la Hoya, quien ha asegurado que ahora si es de verdad que colgará los guantes definitivamente, sin pierde este combate.

LA PELEA ES HOY... y ya me voy a Morelia a verla en un bar.

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