domingo, 24 de abril de 2011

El calor y la perdida de sentidos.


Hace unos días... después de dejar a Ikis en una contundente movilización del magisterio que se dirigiría de la clínica del ISSSTE al centro de Morelia.

Yo emprendí otra ruta, la cual consistía en asistir a una reunión del PIM.
En el camino me toparía con un tráfico insoportable, más que por el tiempo, el calor hacia que perdiera los sentidos súbitamente uno por uno, hasta llegar el punto de perder la cabeza por un simple aleteo de un insecto cerca de mí.

Así pues, llegar a los semáforos y encontrarme con el primero en rojo. Tampoco me molesta, lo que me incomoda es el tipo que se acerca a limpiar el parabrisas, yo previamente hago señas con mi mano, para decirle: NO, NO, gracias… Él como es costumbre en la gran mayoría de ellos, aunque les digas que no, aun así lo limpian.

Usualmente siempre doy dos pesos o un poco más, depende mi estado de ánimo, cosa que en lo particular se me hace caro. Si sacamos cuentas, por limpiar ese cristal me cobran dos pesos, si mi limpiara el resto serían doce pesos. Y si me limpiara el resto de la carrocería, llantas y demás… sale más caro que lavar el coche en un autoservicio, pidiendo el servició más económico.

El punto es que este tipo se acercó, le dije: No, porque para empezar no quería que me lavara el cristal. Segundo, no traía monedas para gratificar su berrinchuda acción.

Así que el muy tranquilamente se medió acostó en el cofre de mi coche y mientras limpiaba el parabrisas, yo buscaba y buscaba algunas monedas en los departamentos del coche, hasta que las encontré… Encontré una moneda de un peso y varias de a cincuenta centavos. Todas ellas nuevas (De verdad no traía cambio – No hace falta que diga eso, ustedes me creen).

 Respiraba y suspiraba en medio del calor, mientras escuchaba… hmm, no recuerdo que escuchaba seguramente algo de la banda de Liam Gallagher (Beady Eye) ya que en el camino me la había pasado escuchándolo.

Entonces el espécimen termina de limpiar el parabrisas dejando rastros de jabón y agua en el cofre y en la parte inferior donde ensambla el cristal con el plástico (Como siempre que lo hacen, cosa que empeora la situación, ya que el jabón que dejan sobre la pintura, esta se carcome con el sol).

Bajo el cristal un poco y le digo mientras extiendo mi brazo:  

-No traigo de otras monedas.-

El no responde, ni nada… claro, supongo no ha de estar contento de:
Cumplir su capricho de manera irrespetuosa de hacer algo, lo cual nunca se le pidió. Y como paga reciba muy pocas monedas.

En cuanto termino dicha acción, (de recibir las monedas), agarro la moneda de un peso y  sin ver las demás monedas a  detalle las aventó al  suelo de una manera brusca, cayendo unas en el asfalto y otras en el camellón.

En eso el semáforo cambio a verde y avance por inercia un cuarto de llanta, pero estaba enfurecido, realmente enfurecido, así que me detuve…  Y le grite: Eres un ignorante, esas monedas eran de a cincuenta centavos (Claro, el muy tarimapendecuaro, no sabía que el diseño de las monedas de a cincuenta centavos cambió hace tiempo). Esa acción fue realmente estúpida por parte de él.

No bastando con ello, otros de los que limpian parabrisas, comenzaron a pelearse, porque obviamente imagino que existe el gandallismo al por mayor, cuando entre dos hacen el intento por limpiar el cristal y al momento en que el conductor le da a uno de ellos las monedas, el otro le da lo que quiere al ayudante. Y si reclama, pues hay bronca…Es una temática realmente lógica la que se pre visualiza.

Pues ya bronqueados todos en ese momento, yo me volví a detener y grite algo que pues… no había gritado desde que vi una buena pelea de box (jajaja): Pártele su madre…”

En eso volteó el que me había limpiado el cristal a mí, Y yo seguía detenido viéndolo, digo realmente tenía la sangre hirviendo, por la acción que cometió, por imaginar lo que había pasado del gandallismo y el intenso calor que ya me había hecho perder la cabeza (esa fue la principal razón). Y bueno pelearse con uno de ellos es algo como ir a la boca del lobo, se amontona como plaga. Les digo porque precisamente en Morelia seguido me ha tocado ver como entre ellos se pelean y se amontonan.

Ahora la idea sería siempre traer el coche limpio para que no se te acerquen a limpiar el parabrisas, dado a mis tiempos, no alcanzo a realizar esa acción y si la hiciera, no estaría escribiendo aquí.

Entonces lo que he estado haciendo es que si no soy el primer coche que quede cerca al semáforo, me detengo unos 8 metros antes del coche de adelante. Y wuala, he visto que ellos no hacen el intento por acercarse, es decir a esas temperaturas ya les causa flojera caminar un poco más… 

Teniendo en mente que si soy el segundo coche, no lo intentan, ni por el resto de coches que tengo atrás, cuando lo he hecho, ninguno de los coches de a la cola se queja de esta acción, es decir… están de acuerdo en esperar unos cuantos metros que sabes de antemano que deben esperar si el semáforo esta en rojo y que en cuanto cambie a verde, avanzaremos esos metros en segundos.

Nota: Eso me pasó en el semáforo que está en frente del McDonald, entrando a Morelia, Av. La Huerta

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